Como cualquier disciplina de danza, el flamenco tiene gran exigencia física, e implica movimientos intensos basados en giros, técnica de pies, técnica corporal y coordinación. Asimismo, ofrece múltiples beneficios para el cuerpo ya que, entre otras cosas, aumenta los reflejos, favorece la corrección postural y mantiene las articulaciones lubricadas (lo que previene lesiones).
Al igual que todo ejercicio físico de intensidad, su práctica genera la liberación en nuestro cuerpo de hormonas como la dopamina, la serotonina y la endorfina, responsables de sensaciones placenteras. Por eso aumenta la autoestima y sube el ánimo, remedio infalible contra el estrés.
Y con la ayuda de la música, fundamental en el flamenco, conectamos cuerpo y mente para expresar sentimientos y emociones.