¡Hola, yoofiters!
Hoy el Párkinson celebra su día internacional y hemos querido conocer de la mano de nuestra boutique Re-Educate y de su director de área de readaptación, Carlos López, cómo se debería adaptar el ejercicio físico y el entrenamiento en pacientes con esta enfermedad.
¿Qué hace realmente la enfermedad?
La enfermedad de Párkinson es un tipo de trastorno del movimiento que afecta a unas 120.000-150.000 personas en España.
Ocurre cuando las células nerviosas (neuronas) no producen suficiente cantidad de una sustancia química importante en el cerebro conocida como dopamina. Este mal provoca la muerte de ciertas células del cerebro, que son las que ayudan a controlar el movimiento y la coordinación. La enfermedad desemboca en la aparición de temblores (agitación) y dificultad para caminar y moverse.
Desafortunadamente, a día de hoy, no se conoce ningún remedio para parar esta enfermedad. Pero lo que sí podemos hacer es frenar sus síntomas y mejorar la calidad de vida de la gente que padece esta enfermedad.
Párkinson y ejercicio físico. ¿Qué dice la evidencia científica?
Pues bien, la recopilación de evidencia científica acerca de la correlación entre el Parkinson y la actividad física, no sólo coincide en recomendar el ejercicio para el tratamiento de los síntomas, sino que, también nos aclara, que NO HACER EJERCICIO FÍSICO ACELERA SU DESARROLLO.
En este sentido, la evidencia colectiva nos enseña que, hacer ejercicio físico reduce el riesgo de padecerla, además tiene efectos positivos en los síntomas tanto a nivel motor como nervioso.
Adicionalmente, el entrenamiento consciente también mejora los efectos secundarios de desgaste y los temblores, además de modular los sistemas que mantienen y dan plasticidad al cerebro, incluyendo entre ellos, la creación de nuevas neuronas, creación de nuevas conexiones neuronales, acelerar el metabolismo y el desarrollo de nuevos capilares, creando, así, una mejor oxigenación de los tejidos.